MANIFIESTO POR LA IIIª REPÚBLICA
Creemos que el
modelo de Estado y de Gobierno que surgió de la Transición está roto: la
Constitución de 1978 declara derechos que nadie garantiza, como la vivienda y
el trabajo dignos, servicios públicos de calidad y de acceso universal…
Las
clases populares estamos sufriendo la mayor agresión de nuestra historia
reciente: los poderes económicos y políticos, con la excusa de esta
crisis-fraude, están aplicando unas políticas cuyo resultado es el
empobrecimiento de la mayoría social trabajadora, para mantener un sistema corrupto cada vez más
represivo, que recorta derechos y libertades.
Por ello hoy, más que nunca, la III República es
necesaria:
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Porque la
monarquía heredera del franquismo está agotada y no puede ofrecer ya sino más pobreza,
más injusticia y más corrupción.
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Porque el
régimen actual es incapaz de ofrecer una vida digna a los/as millones de
trabajadores/as que están en el paro, a los miles de ciudadanos desahuciados
por los mismos bancos que han sido rescatados con miles de millones de euros
procedentes de fondos públicos, a los jóvenes que trabajan con sueldos basura o
que se ven obligados a emigrar para poder vivir, a los jubilados que sobreviven
a duras penas con pensiones de miseria.
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Porque los
derechos sociales recogidos en la Constitución se han convertido en papel mojado,
como el artículo 35: el derecho al trabajo y el artículo 47: el derecho a una
vivienda digna. En ella se afirma que “los poderes públicos realizarán una
política orientada al pleno empleo” (art. 40) y que impedirán la especulación
del suelo (art. 47).
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Porque sólo la
República traerá consigo una verdadera ruptura con el régimen de Franco. La Transición
encarna el continuismo “bien atado” mediante su heredero el rey Borbón bajo la
forma de un parlamentarismo de cartón piedra. La nueva República deberá romper con el
franquismo encubierto de la Transición.
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Porque un Estado
laico, respetuoso con las creencias, es un fruto maduro del espíritu republicano.
Cuando contemplamos el deterioro creciente de lo público en beneficio de una
casta privilegiada, hay que afirmar con toda claridad que únicamente la III
República podrá garantizar en el futuro una educación y una sanidad públicas y
de calidad.
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Porque resulta
intolerable que gozando el rey y su familia de una importante partida anual en
los presupuestos generales del Estado, más las aportaciones a su seguridad y
bienestar por parte de diversos ministerios, y disfrutando además del uso de
diversos palacios de titularidad pública, y de otros privilegios, Juan Carlos de Borbón
se haya convertido en el primer comisionista del reino desde que gracias a
Franco comenzó a cobrar del petróleo importado de Arabia Saudí, hasta que ya en
el trono amplió esa lucrativa actividad con unos espectaculares ingresos que lo
han convertido en una de las grandes fortunas europeas.
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Porque es
indigno que un régimen como el actual permita que sigan enterrados en las
cunetas miles de republicanos, después de más de 70 años de terminada la guerra
de España y no sólo no haya reparado a las víctimas, sino que ni siquiera se ha
atrevido a declarar ilegales e ilegítimos los consejos de guerra del franquismo
que condenaron a penas de muerte o de cárcel a decenas de miles de españoles
por sus ideas democráticas.
Por todas estas razones, y por muchas más, creemos que la IIIª República es más
que una utopía: es una urgente necesidad, que ha de ser obra de toda la
ciudadanía, hombres y mujeres, en un esfuerzo común por dotar a nuestro país de
un Estado que esté en consonancia con nuestro tiempo, con un modelo social, político y económico en
el que se respeten los Derechos Humanos y con el que la mayoría social
recupere, por fin su Dignidad.