La ira de los invadidos contra los invasores se transformó de inmediato en una “intifada” de saharauis contra marroquíes que degeneró en una batalla campal y en un número indeterminado de muertos, heridos y detenidos.
Se trata de la peor ola de disturbios desde que hace 20 años concluyó la guerra entre Rabat y el Frente Polisario para la Liberación del Pueblo Saharaui, que estalló al retirarse las tropas españolas de la antigua colonia en plena agonía del dictador Franco, a finales de 1975.
En los disturbios hubo cinco muertos y 70 heridos entre las fuerzas marroquíes, según Rabat, mientras que del lado saharaui, según su versión, había al menos una víctima mortal y decenas de heridos.
La “intifada” (rebelión) saharaui se extendió a la cercana El Aaiún, donde se decretó el toque de queda y el “apagón informativo” por parte de las autoridades marroquíes.
Casi doce horas después del inicio de la operación de desmantelamiento del campamento de la resistencia saharaui, persistían los enfrentamientos en la capital del Sahara Occidental, donde también participan ciudadanos marroquíes que se unieron a las tropas marroquíes.
“Jornada dantesca”. Fuentes españolas que residen en la ciudad describieron la jornada como “dantesca” y auguraron que la espiral de violencia podría recrudecerse.
“Hay incendios por muchas partes de la ciudad y no paran de sonar las ambulancias”, señalaron estas fuentes, quienes también dijeron que las escuelas tuvieron que cerrar por órdenes de las autoridades, pocas horas después de la toma del campamento.
Un vecino saharaui de El Aaiún, Ahmed G., relató que “la sensación que reina en las casas es de miedo, mucho miedo por lo que pueda suceder en las próximas horas”.
El Campamento de la Dignidad que los saharauis habían levantado a las afueras de la, ahora, Ciudad Prohibida de El Aaiún, ha sido arrasado por las fuerzas marroquíes que han empleado tal cantidad de violencia que ni los objetivos de las cámaras de TV lo habrían soportado. De ahí el veto a su acceso.
Desde hace un mes, los saharauis de las Zonas Ocupadas y, especialmente de El Aaiún, en número estimado en 25.000, habían conseguido levantar una ciudad de tela dotada de servicios de seguridad, higiene, negociación, prensa, transporte y sanidad. Los periodistas que han podido acceder, y a los que Fasi-Fihri ha recordado lo indecoroso de su conducta al vestirse como mujeres saharauis para conseguir acceder al lugar sin ser descubiertos por la policía marroquí, tales periodistas, han confirmado y corroborado el alto grado de organización, libertad y seguridad que se respiraba dentro del Campamento, además, por supuesto, de las enormes carencias derivadas del bloqueo impuesto por Majeinzu.
En un principio, Majeinzu, había querido beneficiarse de dicho Campamento intentando presentarlo como símbolo de la imagen de apertura, democracia y respeto a los DD.HH imperantes en Marruecos. Pero el tiempo se le venía encima. No era de recibo que Mohamed VI hiciera su discurso del día 6 de noviembre, teniendo sobre la mesa el expediente del Campamento de la Dignidad con todas sus reivindicaciones, las explícitas y, también, las tácitas.
Tampoco era de recibo que el Campamento se mantuviera impertérrito en la víspera de las negociaciones con el Frente POLISARIO. No era, de hecho, una buena carta de presentación de Marruecos, acudir a Nueva York, con una humareda y una polvareda en Gdeym Izik.
El caso, es que Majeinzu, ha hecho cuanto ha podido para disolver el Campamento. El ministro del interior marroquí, prácticamente, ha pasado a residir en la Ciudad Prohibida. Después de utilizar todos los medios de disuasión a su alcance (léase, jefes tribales, CORCAS, supuestos repartos de parcelas, etc., etc., etc.), pasaron a utilizar la amenaza directa. Ya el domingo, día 7, se respiraba un tenso ambiente y los despachos de noticias del POLSIARIO echaban humos, alertando de la inminencia de una masacre si Marruecos optaba por usar la fuerza bruta para disolver un Campamento con 25.000 civiles desarmados dentro.
De madrugada y ‘con viento de levante’, que dirían otros cronistas, las fuerzas marroquíes empleaban toda la fuerza de la que eran capaces, para arrasar las frágiles jaimas saharauis levantadas sobre la planicie de Gdeym Izik. Los enfrentamientos han sido cruentos a juzgar por los vídeos youtube disponibles en la red. Ya en la Ciudad Prohibida de El Aaiún, las informaciones disponibles hablaban de una auténtica guerra de barricadas entre las fuerzas de Majeinzu y la población saharaui, tanto la procedente de Gdeym Izik como la que se encontraba en la propia ciudad.
La pregunta es porqué Marruecos procede a arrasar el Campamento en la víspera del día 8, día de las negociaciones, y no la víspera del día 6, día del discurso de Mohamed VI?. La respuesta hay que buscarla en el año 1991.
En efecto, en agosto de 1991, cuando ambas partes se disponían a firmar los acuerdos del alto el fuego, Marruecos, sacó sus tropas del muro para bombardear Tifariti, en territorio liberado. Pero apenas unos días, después, terminó estampando su firma en tales acuerdos.
Y ahora, justo unas horas antes del inicio de las negociaciones Marruecos vuelve a sacar los tanques y arrasa el Campamento de Gdeym Izik y la Ciudad Prohibida de El Aaiún. ¿Quiere Marruecos negociar o no lo quiere hacer? ¿Intenta Marruecos, de esta manera, servirle en bandeja al POLISARIO una excusa para que éste rompa las negociaciones antes de iniciarlas?
Ciertamente las similitudes con el pasado describen un patrón de conducta propio de quien padece un grado de nerviosismo que ya no se puede ocultar.
Curiosamente, la ocasión idónea para desmantelar el campamento habría sido la víspera del discurso de Mohamed VI del viernes. Pero no ha sido así. ¿Qué es lo que empuja a Marruecos a consentir el Campamento antes, durante y después del incendiario discurso de Mohamed VI y, en cambio, no soportarlo más, antes, durantes y después de las negociaciones de NY?
Repetimos las coincidencias con las maniobras de 1991 son altamente llamativas y todas apuntan hacia el grado de nerviosismo de Marruecos ante el proceso de negociaciones.
Finalmente, la falta de una política informativa eficaz ante la propia opinión pública saharaui a menudo coloca, al POLISARIO, ante las críticas domésticas que reclaman el cese de las negociaciones y el retorno inmediato a las armas. Se alega que Marruecos sólo se avendría a negociar de buena fe si es bajo el tronar de las armas.
Ciertamente creo que la presión a la que se ve sometido Marruecos, con una ciudad ardiendo y la expulsión continua de periodistas, diputados, etc, es mucho mayor que la eventual presión que se podría ejercer con el uso de las armas.
Cayo Lara (IU) cree que Marruecos quiso "torpedear" las negociaciones con el Polisario y que no quiere una solución de acuerdo con la ONU
El ataque quiso "torpedear" las negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario iniciadas hoy en Nueva York, bajo los auspicios de la ONU
El europarlamentario Willy Meyer advierte de la posibilidad de que el Polisario retome las armas Varios cientos de personas se manifestaron hoy en Madrid, junto a la embajada de Marruecos, condenando el desmantelamiento por el Ejército marroquí del campamento de Gdeim Izik y exigiendo una modificación de la política de España con el Reino Vecino en lo que concierne al Sáhara Occidental.
La manifestación terminó desbordando el lugar que previamente tenían acotado por la Policía, que debió cortar la calle. Los asistentes gritaban consignas como "Esta embajada está ensangrentada", "Aquí está un pueblo con dignidad" y "Dónde están los Derechos Humanos".
El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, dijo mientras asistía a la concentración que con su actuación Marruecos quiso "torpedear" las negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario iniciadas hoy en Nueva York, bajo los auspicios de la ONU.
Según Lara, Marruecos "no tiene ningún interés en negociar una salida de acuerdo con las resoluciones" del organismo internacional al contencioso.
El europarlamentario Willy Meyer, también presente en la concentración, llamó la atención, por su parte, de la posibilidad de que el Frente Polisario pueda volver a las armas "si al pueblo saharaui no se le da una salida".
"Espero que eso no pase, pero si no ocurre será responsabilidad de España y de la Unión Europea", dijo el también político de IU tras indicar que la comisionada de Acción Exterior de la UE, Catherine Ashton, "debe cuestionarse el Acuerdo de Asociación con Marruecos" y dejarlo "congelado".
DERECHOS HUMANOS
En este sentido destacó que en el artículo segundo de dicho acuerdo se establece con claridad que está condicionado al respeto de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional, y en lo tocante a España recordó que a España sigue correspondiendo formalmente, según la ONU, "la administración y el proceso de descolonización" del territorio aunque no la ejerza.
"No lo está ejerciendo y con ello Marruecos está ocupando de forma ilegal un territorio y aplicando un derecho que no le corresponde", dijo, tras calificar como "indignante" que la ministra de Asuntos Exteriores no haya emitido ninguna valoración sobre los hechos.
Por otro lado, Meyer consideró que el desmantelamiento del campamento "ya estaba decidido" antes de que se le impidiera viajar a El Aaiun hace pocas horas en compañía de varios periodistas, pues Marruecos "no quería testigos".
JOSE TABOADA
El presidente la Coordinadora de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sahara) reclamó al Gobierno de España que llame a consultas al embajador en Rabat por los acontecimientos de las últimas semanas y señaló que la nueva ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, "ha entrado con muy mal pie" en relación con el Sáhara.
"Lo que le pedimos es que no mire para otro lado, porque a solo cien kilómetros de Canarias se están violando los Derechos Humanos", dijo.
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